Hector el mosquito: un cuento en espanol

Theres+something+in+my+ear%21

Photo credit: Anna Jordan

There’s something in my ear!

Anna Jordan, Assistant Editor-In-Chief

¡Ay! ¿Qué es esto? Hay algo en mi oído… Es… ¡Es un zumbido como un mosquito!

 

¿Y por qué estoy pensando en español?

 

¿Qué está en mi oído? — me digo a mí mismo. ¿Ahora yo solo hablo en español también?

 

—¿Oye? ¿Hay alguien? — una voz dice.

 

¿Quién está allí? ¿Quién está en mi oído?

 

—¿Quién está aquí? — digo.

 

—Me llamo Héctor, Héctor el mosquito. ¡Yo creo que estoy atrapado en tu oído! —

 

—¡No me digas! ¿Cómo? —

 

—Pues, es un cuento largo…—

 

—Yo odio decirlo, pero creo que nosotros estaremos aquí por mucho tiempo. —

 

—¡Para! Yo te diré, no preguntes una vez más. —

 

—Yo no— —

 

—Todo empezó porque hacía demasiado calor en mi pueblo. Soy de México y nosotros salimos del pueblo durante el verano, por que hace mucho calor todo el tiempo— —

 

—¡Llega al punto! —

 

—¡Ok, ok! Había una ventana abierta en el carro donde había aire acondicionado, así que fui en el carro. ¡Y entonces, BAM! ¡La ventana cierra! ¿Puedes creerlo? —

 

—Apenas—

 

—Fui en el carro por mucho tiempo y la próxima vez que la ventana abrió, estoy en un nuevo lugar. Volaba por un rato cuando yo encontré tu casa (por supuesto yo no sabía que era tu casa) y entré. Subí las escaleras cuando de repente una mano me golpeé en tu cuarto, pero me golpeó tan fuerte que yo aterricé en tu oído. Y así es cómo yo estoy en tu oído. —

 

— No creo que me desperté a esta situación. ¡Tengo que ir a escuela, Héctor! ¡No puedo hablar en español todo el día, tengo que ir a mis clases! —

Ms. Barclay asks, “What’s wrong, Jordan?” (Photo credit: Anna Jordan)

— Creo que podrás que no hablar en clase. —

 

—Puaj, bueno. Y entonces nosotros resolveremos esto, aunque yo no puedo ayudarte a volver a México. Estás solo por eso. —

 

Yo me arreglo como es un día normal: un polo rojo, una falda blanca y gris, mi acollador, y mis zapatos blancos. Ahora yo justo necesito soportar el día, pero es difícil ser optimista cuando tengo un mosquito en mi oído que no deja de hablarme sobre México. Es un país muy hermoso, yo sé, pero toda su charla empezaba a molestarme.

 

Llegué a escuela y salí de mi carro con mucho miedo ¿Qué pensará la gente de mi español? Pues, yo no puedo evitarlo. Yo no pedí que un mosquito volara en mi oído.

 

— Héctor— yo digo —evita hablando por favor. No puedo hablar en mis clases de Cálculo y Ciencias Ambientales, y tendrá no problema en la clase de Español, pero por favor no hables en mi clase final: Periodismo. No puedo distraerme porque tengo que escribir un cuento para periodismo y yo necesito enfocarme. Señora Barclay me necesita escribir un cuento loco de mí para intrigar a los lectores y yo no sé qué escribir todavía. —

It’s hard to explain, but there’s a bug in my ear! (Photo credit: Anna Jordan)

— ¡No te preocupes! No hablaré por todo el día. —

 

El día fue más o menos normal, pero tuve que sacudir la cabeza cuando Héctor hablo. No hay ningún daño en que les parezco loca. ¿Soy una senior, a quién le importa?

Finalmente, Héctor y yo nos acercamos a la clase de Periodismo. Mientras yo camine a clase, Héctor dijo — ¡Tengo una idea! ¡Tú debes escribir sobre mí! —

 

—Héctor— yo dije— no seas tonto. ¡Nadie me creerá! —

 

—¡Es bueno! ¡Solo tienes que decir que es un cuento ficcional! —

 

—¡Héctor, tal vez eres un genio! —

 

A Señora Barclay le encanta la idea de Héctor, pero ella observó que algo me pasaba. Yo le dije a ella sobre Héctor, y de alguna manera, ¡ella me creyó!

—Jordan, ven acá. ¿Hay un mosquito en tu oído? Esto es lo que yo haría: salta veinte veces. Debe quitarle a Héctor en ningún tiempo. —

I always take Ms. Barclay’s advice, even when it’s exercise. (Photo credit: Anna Jordan)

—Pero Señora Barclay, ¡yo odio hacer ejercicios! —

 

—Yo sé, Jordan. Yo sé. Pero esto tiene que pasar. Buena suerte, Jordan. —

 

UNO. DOS. TRES. CUATRO. Yo no sé si puedo hacerlo.

 

CINCO. SEIS. SIETE. OCHO. NUEVE. DIEZ. Estoy sudando…. ¿O son lágrimas?

 

ONCE. DOCE. TRECE. CATORCE. FIFTEEN. Wait! ¡Yo creo que está funcionando!

 

DIECISÉIS. DIECISIETE. DIECIOCHO. NINETEEN. TWENTY!

Hector is gone! Look at the bug in my hand! (Photo credit: Anna Jordan)

It felt like my ears had popped as I turned to the side and saw Hector flying away through the sweat dripping in front of my eyes. I could almost hear him say adios, but that might have been my imagination.

 

As he flew through the open door, I wondered if my experience with Hector was crazy enough to make it to the Royal Reporter. What do you think?